Historias que emocionan: Una mañana en la granja de Lidia

¿Te imaginas poder tener la oportunidad de pasar un día en la granja? Pues así lo vivieron los estudiantes de la ONCE en Ciudad Real gracias a Lidia Gómez y su familia. 

Lidia es una estudiante de Porzuna (Ciudad Real), estudia cuarto de la ESO y, además, recibe los servicios sociales de la ONCE. Es sonriente, risueña y muy sociable y conoce al dedillo todas las tareas de la granja. 

Lidia y su familia tienen una granja en Porzuna y, gracias a ellos, los estudiantes de la ONCE en Ciudad Real y Alcázar de San Juan pudieron disfrutar de un gran día aprendiendo y disfrutando junto a los animales que allí había.

Esta actividad fue organizada por Guillermo Yriarte, el maestro de la ONCE en Ciudad Real, junto a los demás profesores de la provincia. De ese modo, los estudiantes y sus familiares partieron hacia Porzuna para ayudar un día a su compañera Lidia. 

El día amaneció ventoso y frío, pero para combatirlo, toda la familia se tomó un chocolate calentito con churros en la churrería del pueblo. No obstante, no se podían entretener mucho, pues Lidia les esperaba con tareas para todos, los corderos tenían hambre y quedaban cabritas por ordeñar.

La emoción se palpaba en el ambiente y los sentidos se agudizaron porque, ¿quién dijo que no sé podía hacer de todo viendo poquito? Esa era la filosofía de todos los alumnos que se desplazaron hacia Porzuna, que si se quiere, se puede.

Llegaban a la granja y, apenas al rato de estar allí, ya estaban todos los niños y niñas ayudando a ordeñar.

Como no había mucho tiempo que perder, la siguiente tarea consistió en llevar maíz desde un cubo hasta las gallinas. Con gran emoción y presura, muchos niños y niñas se encargaron de alimentarlas y asegurarse que ninguna de ellas se quedaba con hambre.

Y llegó uno de los momentos que los estudiantes más les gusto, cuando entraron a una nave en la que varias decenas de corderitos recién nacidos esperaban su biberón. Las dueñas de la granja repartieron 5 biberones grandes y cada niño o niña buscaba un corderito para alimentarlo. Todos los asistentes tuvieron la oportunidad de saciar el hambre de los recién nacidos y fue una experiencia muy enriquecedora y emocionante.

Cuando todos los corderos comieron, fueron a visitar a los cerdos. Eran cerditos pequeñitos con ganas de jugar, pero había que tener cuidado de que no se escaparan del corral.

¡Y el momento de la emoción! Cuando estaban todos fuera observando a los graciosos cerditos recibieron la noticia de que una oveja iba a tener ovejitas, así que, todos salieron corriendo para no perderse el gran momento.

Lidia y su madre acudieron rápidas a ayudar y acompañar a la oveja. Tras un largo rato apareció en las manos de la granjera un cordero de pelo oscuro, pero aquí no acababa, venía otro cordero más… esta vez de color blanco. Fue muy emocionante para todas las familias estar tan cerca.

Para finalizar la mañana, todos pudieron saludar al caballo que había en la granja, quien recibió una buena dosis de mimos y cariños por parte de los visitantes de la ONCE.

Sin duda, una visita súper especial en la que los estudiantes pasaron una mañana aprendiendo cosas tan curiosas como:

• La diferencia entre una oveja y una cabra.
• Qué alimentos se sacan de una oveja, una cabra, una gallina y un cerdo.
• Lo importantes que son para toda la sociedad las tareas del campo.
• La motivación de los los alumnos y alumnas con discapacidad visual de acercarse a animales, haciéndose muy autónomos dentro de espacios poco accesibles.

Y, por supuesto, con la seguridad de que, ¡somos capaces de todo! ¡Gracias Lidia por la oportunidad y por regalarnos una mañana tan emocionante!