Así ha sido la Semana Santa inclusiva en Castilla-La Mancha

Nº 71 MAYO 2025

Imágenes de la Semana Santa en Cuenca y Toledo. A la izquierda, el grupo de turbos ciegos haciendo el recorrido. A la derecha, una persona ciega tocando la talla del Cristo del Amor y una imagen de los ensayos de los costaleros en la puerta de la Delegación de la ONCE en Toledo

Cada año son más las iniciativas que desde las diferentes Cofradías de Castilla-La Mancha se llevan a cabo para hacer la Semana Santa más inclusiva y permitir a las personas ciegas y con discapacidad visual disfrutar de estas fechas de tanta devoción siendo uno más en las celebraciones.

Continuando con la buena acogida del año pasado, Toledo sigue, por tercer año consecutivo, colaborando con la ONCE para acercar y permitir sentir a todos y todas la pasión de esta semana a través del tacto, el olfato y el oído. Y, en Cuenca, muchas son las personas con discapacidad visual que, tras suspenderse el año pasado por las lluvias, por fin pudieron disfrutar de las famosas turbas de Cuenca.

Emoción, pasión y fervor han sido los protagonistas de esta emocionante semana que, por encima de todo, ha sido inclusiva. 

Cofrades y costaleros toledanos ciegos

Personas ciegas tocando parte de la talla del Cristo del Amor Este año, la ONCE en Toledo vivió la Semana Santa de una forma muy especial, pues el pasado marzo, durante la presentación de la Semana Santa de Toledo, la organización castellanomanchega recibió el galardón de “Nazareno de Honor 2025”, un título que puso de manifiesto que no hay límites a la accesibilidad y la inclusión. Por tercer año consecutivo, la Semana Santa fue totalmente inclusiva y la emoción se fue apoderando de los participantes a medida que se acercaban las fechas.

Los preparativos de la semana comenzaron el 31 de marzo, con decenas de costaleros ciegos que se animaron, otro año más, a desfilar con la Hermandad del Cristo del Amor. Con los nervios a flor de piel y clara emoción, los asistentes comenzaron el ensayo, escuchando las indicaciones del capataz y familiarizándose con el trono, sintiendo cada detalle del mismo y que en unos días llevarían sobre sus hombros. 

Además, apenas a una semana para que llegara el Domingo de Ramos, la parroquia de San Juan de la Cruz abrió sus puertas a las personas ciegas y con discapacidad visual que quisieran asistir para conocer y tocar la talla del venerado Cristo del Amor y vivir la emoción y preparativos de la imagen para la procesión. Una visita guiada que ya se ha convertido en tradición y que cada año permite a los participantes disfrutar durante las procesiones de una forma más especial tras conocer y sentir con sus propias manos las tallas que procesionan por las calles de Toledo.

Tras preparativos y nervios, llegó el gran día, el martes santo, en el que costaleros y penitentes con discapacidad visual fueron uno más y desfilaron desde la Parroquia de Santa Isabel hasta la calle de la Trinidad, pasando por el corazón del casco histórico de Toledo, con gran pasión e ilusión y de una forma totalmente accesible, acompañando, venerando y portando al Cristo del Amor.

Por primera vez, turbos ciegos

Grupo de Turbos de la ONCE con túnicas y tambores minutos antes de comenzar a desfilar Las personas ciegas y con discapacidad visual por fin pudieron vivir la Semana Santa conquense de forma accesible y, es que, tras un año de espera por las lluvias del año anterior, por fin volvieron las turbas a invadir y hacer vibrar las calles de Cuenca, esta vez con unos turbos especialmente emocionados.

Para hacerla inclusiva, la Semana Santa de Cuenca incluía programas en braille y una procesión audiodescrita, además de zona habilitadas para que las personas con discapacidad pudieran ver más de cerca la procesiones. Pero el plato fuerte fue la madrugada del viernes santo, en la que más de 3.000 personas recrearon otro año más en Cuenca el camino de Jesús al Calvario haciendo sonar miles de tambores y clarines. En palabras de Javier Martínez, director de la Agencia de la ONCE en Cuenca, “los sueños se cumplen y este año, un buen grupo de personas ciegas y con discapacidad visual hemos podido cumplir nuestro sueño de ser un turbo más”. Inicialmente, los turbos de la ONCE, por motivos de seguridad harían solo parte del recorrido,desde la Iglesia de El Salvador hasta la Trinidad, no obstante, tanta era la emoción que muchos siguieron hasta la Plaza Mayor donde el recorrido finalizaba, “nos pudo la emoción, fue espectacular y no queríamos perdernos nada”, aseguraba Javier.

El hecho de poder participar y ser una más de una de las procesiones más emblemáticas... ¡de las turbas!, es un sueño cumplido. No me lo creía...”, añadía Mª Jesús Ballesta, una de las participantes y cofrades ciega.

Esta iniciativa fue posible gracias a la colaboración de la Junta Directiva del Grupo de Turbas que, desde que recibieron la propuesta, se pusieron manos a la obra para hacer posible este deseo y garantizar la seguridad de los participantes, y a los voluntarios de la ONCE en Cuenca, que acompañaron a los participantes ataviados con túnicas y tambores, contribuyendo a la vibración de las calles de Cuenca y siendo uno más en esta noche tan especial en la ciudad.

Castilla-La Mancha se convierte así en una de las primeras comunidades autónomas donde las personas ciegas y con discapacidad visual pueden disfrutar de la Semana Santa, siendo un ejemplo para otras comunidades y permitiendo vivir, como iguales, una semana llena de emoción y que cada vez, se llena de más ilusión.

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