'Acaricia un verso' hace visible lo invisible en el Festival de Teatro Clásico de Almagro

El Festival de Teatro Clásico de Almagro proponía este año una actividad desde la empatía y la comprensión mutua. Un ejercicio de colaboración, participativo y sensorial para comprender la importancia de adaptar los espectáculos al acceso universal. 

Esta actividad, que fue desarrollada por el Festival de Almagro, contó con la colaboración de la ONCE, la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) y el Museo Nacional de Teatro, reunió a personas con y sin discapacidad para conocer qué hay más allá del escenario y ponerse en la realidad de una persona con discapacidad visual durante el desarrollo de una obra de teatro.

Bajo el nombre poético de 'Acaricia un verso', Irene Pardo, directora del Festival relataba que “es una experiencia sensitiva, artística e inmersiva que pretende aportar información sobre la discapacidad visual desde la experiencia, que en realidad es como se fijan verdaderamente las cosas en la mente y en el corazón”. Entre un gran grupo de participantes, también se encontraba Cayetana Guillén-Cuervo, presidenta de la Academia de Artes Escénicas; Beatriz Patiño, la directoria del Museo Nacional de Teatro; Fran Guinot, Coordinador artístico CNTC; Francisco Maldonado, jefe del departamento de Promoción Cultural de la ONCE; y Lorenzo Villahermosa, director de la agencia de la ONCE de Ciudad Real. 

La actividad se dividió en tres bloques que se desarrollaron en el Corral de Comedias de Almagro, pero antes, había que ponerse el antifaz.

En primer lugar, tuvo lugar un paseo por el escenario del Corral, los participantes, a través del tacto pudieron descubrir el vestuario de tres actrices que interpretaron dos escenas de “El lindo Don Diego”, de Agustín Moreto, y también reconocieron los instrumentos del quinteto de viento de Castilla-La Mancha Sinfónica. Poco a poco, los asistentes subían al escenario para tocar y sentir todos los detalles que aguardaban. Palpando con cuidado y de una forma delicada, no había participante que se quisiera perder esta experiencia y vivir el teatro de una forma diferente.

Tras este reconocimiento a través del tacto, llegaba el segundo bloque de Acaricia un verso, disfrutar del teatro sin ver. Se dieron algunas explicaciones para poder deleitarde de las escenas interpretadas, permitiendo vivirlas con otros sentidos. A medida que se desarrollaba la obra, muchos eran los participantes que esbozaban una sonrisa, incluso, aquellos que no se habían puesto el antifaz, cerraban los ojos para sumergirse de lleno en la experiencia y sentir y emocionarse sin ver.

Por último, se daba paso a conocer el mundo del braille de la mano de Lorenzo Villahermosa y Karla Solange Rugel, promotora braille de la ONCE en Castilla-La Mancha. “A través de las manos se te va a abrir el mundo”, así comenzaba Karla a explicar la importancia del braille para disfrutar del ocio y la cultura para las personas ciegas. Ambos dieron unas nociones básicas sobre este sistema de lectoescritura e introdujeron a los asistentes la Máquina Perkins. Entusiasmados, muchos fueron los asistentes que quisieron guardar un recuerdo de este día y se llevaron su nombre en braille.

Para finalizar, no pudo faltar acariciar el braille con las manos para hacer disfrutar del teatro y, es que, Maria del Castillo, persona con discapacidad visual, y Lorenzo Villahermosa recitaron en braille sonetos de Lope de Vega a un público que disfrutó con emoción toda la experiencia.

“Este tipo de actividades que visibilizan las dificultades que una persona ciega tiene a la hora de acceder a la cultura es muy importante. Es fundamental que entendamos la cultura no como un privilegio sino como un derecho”, añadía Francisco Maldonado.

“Daros las gracias porque cada año es aún más inclusivo”, finalizaba Lorenzo Villahermosa su intervención. Una realidad que fue premiada, pues esta emotiva experiencia finalizó con la entrega del Premio de la Academia de las Artes Escénicas de España por el Cambio Social y la Inclusión 2024 al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, un galardón patrocinado por la ONCE y que pone de relieve el impulso y el trabajo que este Festival viene haciendo desde hace años para ser un ejemplo de inclusión y de trabajo para que las personas con discapacidad puedan disfrutar en plena de igualdad de la cultura.

“Acaricia un verso, en definitiva, es la forma poética que tiene el Festival de Almagro de nombrar la lectura en braille”, concluía Irene Pardo.

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