El concurso escolar de la ONCE cumple 40 años y suma seis millones de estudiantes trabajando por la inclusión y la igualdad

El concurso escolar de la ONCE cumple 40 años invitando a estudiantes y docentes de todos los centros educativos españoles a reflexionar, trabajar e impulsar la formación en valores como el compañerismo, la inclusión, la igualdad y el trabajo en equipo.

En estas cuatro décadas de concurso han participado más de seis millones de estudiantes, de forma individual o en grupo, con dibujos, redacciones, montajes, videos, fotos o composiciones que, en función de la temática propuesta, han aportado multitud de ideas y reflexiones para impulsar la inclusión de las personas con discapacidad en nuestra sociedad. 

De hecho, en los últimos años, ya son muchos los padres y madres que se sorprenden viendo a sus hijos e hijas trabajando en temáticas sociales del Concurso Escolar, el mismo en el que ellos participaron hace dos o tres décadas, lo que genera también una implicación y cariño por parte de las familias, conocedores de los valores con los que se trabaja. 

Desde las cuatro primeras ediciones (1984-1988) en las que se proponía hacer un dibujo o una redacción sobre los problemas de la ceguera y la necesidad de considerar a la persona ciega como un ciudadano más, hasta la última (2022-2023) donde se trabajó la importancia de lograr ciudades sin barreras, el concurso escolar del Grupo Social ONCE ha tratado temáticas como el recreo inclusivo, el acoso escolar, el respeto a la diferencia o la inclusión a través del deporte y la cultura. Belén Cantos, maestra de la ONCE en Albacete, cuenta que el Concurso Escolar ha evolucionado y “ha cambiado mucho, desde los recursos que se reciben hasta la presentación de los mismos trabajos, incluso, la participación, ahora participan más grupos de mayores”.

Cabe destacar la 18ª edición del concurso (2001-2002) que fue la de mayor participación con 657.220 escolares y 22.539 docentes de 5.401 centros educativos inscritos. En aquella ocasión se invitaba a diseñar la carátula del CD del Concierto de Aranjuez coincidiendo con el centenario del nacimiento de su autor, el músico ciego y maestro Joaquín Rodrigo, trabajando aspectos educativos como la diferencia entre oír y escuchar música o aprender a representar de forma plástica las impresiones obtenidas de la audición de una obra musical. 

En cuanto a Castilla-La Mancha, Belén cuenta la edición clave en la comunidad, que tuvo lugar en la 21º edición del Concurso Escolar y que se dedicaba al IV Centenario del Quijote, “tuvimos una afluencia masiva”, decía. Además, también recordaba “la 25ª edición del Braille que también hubo una participación tremenda”.

Pero además, Belén cuenta una edición muy especial para ella, ya que el trabajo de una clase en la que se encontraba un alumno que recibía atención educativa de la ONCE resultó ganadora de la fase provincial. Belén cuenta con cariño como su alumno vivió ese año, “para él fue una alegría. Fue muy llamativo porque se tenía que poner un seudónimo y él se puso Elvis Presley”, contaba con alegría, “era un alumno ciego total y ahora cursa estudios superiores, él veía que sus compañeros participaban con él y luego se fueron de viaje a Toledo... la verdad es que fue muy bien”. 

Parte del acervo educativo en España

De esta forma el Concurso Escolar de la ONCE se ha convertido en uno de los más longevos de nuestro país, un programa de sensibilización educativa con propuestas pedagógicas actuales y atractivas para el alumnado y los profesores, y siempre basadas y adaptadas a las diferentes leyes educativas por las que ha atravesado nuestro país en los últimos 40 años, convirtiéndose ya en parte del acervo educativo de España durante ya cuatro décadas. 

En la actualidad, en el concurso escolar pueden participar todos los estudiantes de los centros educativos españoles públicos, concertados y privados, desde Primaria hasta Secundaria, además de Educación Especial y Formación Profesional. Además, los docentes tienen disponible material didáctico (en formato online), elaborado por expertos en la materia, sobre los diferentes tipos de discapacidad y acerca de la accesibilidad, que sirven de apoyo para facilitar la participación y comprensión de la temática propuesta. 

A lo largo de la historia del concurso los trabajos han sido evaluados por numerosas personas que han formado parte de los jurados provinciales, autonómicos y nacionales. 

Los premios también han ido evolucionando, adaptándose a la realidad de cada año, hasta la última edición en la que los vencedores en la fase autonómica  y los finalistas de la categoría E (educación especial), tanto escolares como docentes, recibieron un smartwatch (un reloj inteligente). Y los ganadores a nivel estatal disfrutaron del Festival de la Inclusión, un evento que tuvo lugar en su propio centro educativo y que contó con diversas actividades como música, espacio gaming, aprendizaje de braille o fútbol para ciegos.